sábado, 4 de diciembre de 2010

La educación inicial en el Chile actual


En la educación parvularia, la estimulación ayuda considerablemente a los aprendizajes. Contribuye a lograr un lenguaje más desarrollado, una autoestima mayor. 



Estela Ortiz
Vicepresidenta ejecutiva de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji)
Los desafíos que tenemos en la educación inicial son enormes. Pero disponemos de la posibilidad de contribuir considerablemente a que la enseñanza parvularia dé un salto cualitativo y cuantitativo, porque nunca en la historia de la formación un tema había sido instalado con tanta fuerza en la agenda política, social y cultural. Hoy, directa o indirectamente, todos están siendo partícipes de este desafío. Corresponde, entonces, aportar antecedentes para que la educación inicial logre los mejores estándares de calidad. Es pertinente definir los elementos vinculantes con la calidad. Entre ellos, desde la Junji, estamos potenciando la estimulación, el trabajo con la familia, la alimentación, la adecuación de los espacios educativos y un currículo acorde con las necesidades.
En la educación parvularia, la estimulación ayuda considerablemente a los aprendizajes. Contribuye a lograr un lenguaje más desarrollado, una autoestima mayor. Es posible potenciar los talentos de las niñas y niños, que logran más autonomía y desarrollan más su personalidad.
Otro elemento es la participación de la familia en los procesos de aprendizaje de niñas y niños. La enseñanza parvularia beneficia considerablemente a las madres trabajadoras, porque hace posible que desarrollen sus actividades confiadas en que sus hijos se encuentran con profesionales preparados para brindarles lo mejor en los diversos ámbitos de desarrollo. Al compartir con profesionales del jardín los avances que van logrando, se les facilita una participación más activa en la formación, conocer las áreas en que pueden realizar actividades de refuerzo en sus hogares y, por cierto, estar al tanto de lo que están recibiendo las niñas y niños.
La calidad de la alimentación es vital para que puedan crecer y desarrollarse. La generación de una dieta equilibrada, basada en alimentos ricos en nutrientes y bajos en calorías y grasas, responde a las necesidades actuales. El gran problema se encuentra en los niveles de obesidad en niñas y niños. Sobre este fenómeno estamos actuando, potenciando hábitos alimentarios que se incorporen desde temprana edad y se instalen en la cultura familiar. Esto tiene una estrecha relación con la salud actual y futura. Un trabajo conjunto con los servicios relacionados ha sido fundamental para incorporar hábitos saludables en la nutrición cotidiana.
La construcción de espacios que admitan implementar y desarrollar las actividades propuestas es vital. La habilitación de áreas educativas debe responder a la realidad cultural y geográfica y a las necesidades de los programas educativos; es decir, si la enseñanza considera la actividad física como central, tendremos que generar espacios para el baile y el deporte. Si se considera útil la estimulación y el apego, debemos garantizar que la estructura y la distribución de los espacios, como la textura y sus colores, respondan cabalmente. Lo mismo si estimamos importante que las madres participen en actividades con sus hijos e hijas.
En materia de currículum, acorde con las necesidades educativas, la Junji entiende “el currículo como una ‘construcción social’ que se levanta a partir de la realidad que lo particulariza, con el aporte y participación activa y protagónica de los propios sujetos sociales que son parte del proyecto educativo y que constituyen una comunidad educativa en su conjunto”.
Es así como la Junji instala una línea de pedagogía crítica que pone a los educadores en el plano de la problematización de la realidad y los define como investigadores en acción. En ese sentido, asume fielmente el rol del educador o educadora de párvulos definido en las Bases Curriculares para este tipo de enseñanza como diseñadora, implementadora y evaluadora de currículos, en lo que su papel de seleccionadora de los procesos de formación y mediadora de los aprendizajes es crucial. Junto a ello, concebirse como una permanente investigadora en la acción y dinamizadora de las comunidades educativas. (“Bases Curriculares para la Educación Parvularia”, página14. Ministerio de Educación).
Son estos cinco elementos vinculantes con la calidad de la educación parvularia los que queremos potenciar en un trabajo conjunto con quienes tienen directa o indirecta relación con las niñas y niños.

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